viernes, 18 de octubre de 2019

Devaluación continua, de Andreu Navarra




NAVARRA, Andreu, (2019), Devaluación continua, Tusquets.

Andreu Navarra ha escrito un libro sobre los males que recorren hoy el sistema educativo en la educación secundaria en España. Partiendo de su propia experiencia como docente, nos ofrece una serie de reflexiones sobre el estado de la enseñanza, de la docencia y del aprendizaje en las aulas de los institutos, acompañadas de las opiniones de reconocidos autores en la materia: Enkvist, Marina y Luri, fundamentalmente. De hecho, quizá acuda con demasiada frecuencia a esos autores- hecho por el que él mismo se disculpa en algún momento de su libro-, de manera que a veces uno tiene la sensación de estar leyendo un resumen de la obra de los autores antes mencionados, aderezado con anécdotas normalmente duras, aunque esperanzadoras a veces. 

Es un libro escrito con pasión, desgarrador en ocasiones, en otras intentando no caer en el pesimismo y evitándolo apenas. Hace una defensa numantina del papel que debería otorgarse al profesorado, con quien nunca cuenta el legislador al proponer las reformas incesantes. E insiste en que la mejora del sistema pasará por cambiar las condiciones de trabajo de estos, cuando encuentren el lugar y el tiempo para reunirse, coordinarse, repensar las actividades innovadoras… en lugar de dedicar el tiempo a una burocracia normalmente inoperante e inútil.

Navarra cree que hay varios problemas capitales que influyen en el mal funcionamiento del sistema: el fatalismo social y cultural que se ha trasladado a las aulas; la sensación de vivir en un apocalipsis constante- no hay día en que no se nos asuste con el fin de algo valioso; las reformas pensadas por quienes no han pisado nunca un aula de secundaria; la violencia en los centros educativos, cuya existencia se minimiza erróneamente; etc.

Navarra insiste en la necesidad de que la escuela no sea un reflejo de la sociedad. Quizá Bauman tenía razón cuando creía que la escuela debería ser un archipiélago de pequeños islotes donde poder refugiarse cuando la sociedad navega en un océano de incertidumbres. 

Apuesta por recuperar conceptos que no están de moda: el papel de la memoria, el valor de una clase magistral bien impartida, el autocontrol y la perseverancia, el valor de las normas. Y añade otras soluciones, algunas más afortunadas que otras: volver a la LOECE de 1980, a lo tradicional, pero con los medios y recursos actuales; dar más peso a las humanidades; la creación de “centros de élite intelectual”, de financiación privada pero no segregadores; etc.

Critica de forma feroz el constructivismo, avisa de los problemas para mantener la atención que sufren los jóvenes,  se posiciona en contra de la idea de colocar al estudiante en el centro de todo- en lugar de colocar al experto-, critica la falta de sosiego que impide el desarrollo del pensamiento crítico, así como la aplicación generalizada de un “buenismo” que no arregla nada, o la separación entre competencias y contenidos.

El libro es un recorrido completo por los temas más candentes de la actualidad educativa, por lo que puede ser un buen punto de partida para esa reflexión docente que propone en sus páginas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario