viernes, 10 de mayo de 2019

El complejo oficio del profesor.

EL COMPLEJO OFICIO DEL PROFESOR. Consejos para una educación de calidad.
Inger Enkvist


Si deseas leer un libro que vaya contracorriente, este es el título que buscabas. 
Una breve pero intensísima reflexión sobre cómo mejorar la educación de nuestro alumnado. Enkvist señala algunas de las contradicciones con las que se topa el profesorado y critica abiertamente la pedagogía que coloca la adquisición de destrezas por encima de la adquisición de conocimientos.
Tomando como punto de partida el informe McKinsey (How the world’s best-performing school systems come out on top) asegura que la manera más eficaz de mejorar los resultados en el alumnado es mejorando la formación del profesorado. Hay que reclutar a las personas idóneas, pero también hay que instruir a esos profesionales de la manera más adecuada. Propone cambiar el objetivo y no fijarlo tanto en el proceso de aprendizaje como en el proceso de enseñanza. Es decir, colocar al profesorado en el centro, como elemento clave, en contra de las teorías más “modernas” que insisten en situar al alumnado en el lugar nuclear del proceso pedagógico.
El informe insiste en el papel absolutamente esencial del profesorado. La calidad docente la asocia a la capacidad de expresión y comprensión lectora: un uso excelente de la lengua es requisito indispensable para desarrollar una tarea intelectual de calidad.
McKinsey propone como metodología de formación docente los sistemas “bottom-up”, en los que el profesorado aprende de sus colegas más que de agentes externos.
Y, nota curiosa, el informe asegura que todas las reformas exitosas subieron los salarios a los docentes…
Enkvist critica el “constructivismo”, ya que no se puede construir desde cero, sin conocimientos, y también las pedagogías de la “actividad”, que imponen lo práctico y concreto sobre lo abstracto e intelectual.
También critica que la escuela pública haya adoptado tres nuevos roles: el profesorado como trabajador por la igualdad, no como instructor, subestimando la preparación académica del profesorado y centrándolo más en la convivencia y la comunicación que en el aprendizaje; el docente como psicólogo, no como transmisor de conocimientos; y el docente como facilitador en lugar de instructor.
Dedica Enkvist un capítulo de su libro al nivel cultural y el lenguaje que utiliza el profesorado. Cita el conocido experimento de Hart, Risley y Bloom sobre la importancia e influencia del lenguaje de los padres en el desarrollo intelectual de los hijos para concluir que una pedagogía que nos se base en la lectura nunca podrá ayudar al alumnado más en desaventaja.
Según un investigador, cita Enkvist, un buen profesor o profesora toma unas 3000 decisiones no triviales cada día. De ahí la importancia y necesidad de cuidar la forma física y psíquica del profesorado.
Además, alaba la capacidad creativa del profesor que sabe adaptarse a cada grupo de alumnos y alumnas, siempre diferente uno de otro, y que consigue que una lección pueda ser algo memorable para su alumnado. En muchos aspectos, el profesor debe ser un actor que trabaje con precisión, orden, disciplina, concentración, etc y debe ser una persona moralmente íntegra.
Habla de varios temas recurrentes en educación: la atención, premisa indispensable para el aprendizaje; la motivación, que sólo se logra estudiando con atención un tiempo suficiente; las ventajas y desventajas de la comprensividad; la “funcionarización” de la profesión docente, a costa de su “profesionalidad”; la existencia de distintos y excelentes estilos de enseñanza; el grave problema que genera un sistema “inclusivo” sin recursos, etc.
Critica los nuevos mitos: contraponer memoria y comprensión, cuando ambos son una totalidad; creer que la adquisición de conocimientos va en detrimento de la creatividad; que los datos son inútiles ya que están en internet; etc.
Centra su atención en algunos problemas relevantes hoy: cómo competir con las redes sociales; si el alumnado aprende mejor con el uso de las imágenes- ¿no estaremos volviendo a la Edad Media, en la que la imagen sustituía a la palabra para la inmensa mayoría que no sabía leer…?- ; qué hacer con los que no quieren o no pueden adaptarse al ambiente escolar; la tendencia a usar de modo excesivo la evaluación; la dejación de funciones de algunas familias; etc.
Refleja perfectamente la realidad docente cuando explica las circunstancias especiales que caracterizan la profesión:
  • “Simultaneidad, porque el profesorado tiene que seguir lo que sucede en el aula en distintos niveles a la vez.
  • Imprevisibilidad, porque es imposible prever lo que puedan hacer y decir 30 personas diferentes durante casi una hora.
  • Instantaneidad, porque todo es muy rápido y el profesor tendrá que reaccionar.
  • Visibilidad. Todo lo que sucede en el aula es público porque hay “testigos” de lo que se hace y se dice.
  • Contexto del grupo en cuestión. Cada grupo tiene su propia historia.”(p. 78)
El librito concluye con una breve comparativa sobre la autoridad en diferentes culturas pedagógicas: Gran Bretaña, Francia, Japón, China y Estados Unidos.
José Ignacio

ENKVIST, Inger (2016), El complejo oficio del profesor. Consejos para una educación de calidad,  Fineo Editorial. Madrid.

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