viernes, 15 de noviembre de 2024

Adela Cortina. ¿Ética o ideología de la inteligencia artificial? El eclipse de la razón comunicativa en una sociedad tecnologizada.

    Estamos de vuelta, tras un paréntesis post-jubilación. La Intelligencia Artificial ha entrado en el sistema educativo como un tsunami incontrolado. La formación de todos, profesorado a la cabeza, pero también alumnado y familias, debe ser una prioridad para afrontar con garantías de justicia el hito rupturista que sin duda protagoniza el uso masivo de la IA generativa.

    Los aspectos éticos son quizás los menos vivibles entre el aluvión de noticias llamativas sobre los constantes y asombrosos avances de los distintos modelos de IA disponibles al alcance de cualquiera. Pero esa dimensión ética tiene que ser abordada sin falta y con urgencia. 

    Adela Cortina reflexiona en esta obra sobre las implicaciones éticas que supone su uso generalizado, ahora, y en el futuro.

Adela Cortina. ¿Ética o ideología de la inteligencia artificial? El eclipse de la razón comunicativa en una sociedad tecnologizada. Paidós. 2024 



    Me pareció apropiado, dado el tema, utilizar la IA, en concreto el archi famoso ChatGPT, para realizar un texto a partir de las notas que fui tomando durante la lectura del libro. Así que lo que leeréis a continuación es un texto, retocado ligeramente, generado por ese modelo de IA, con el siguinete "prompt": "Elabora un texto resumen de unas 1000 palabras, a partir de las notas que te incluyo, tomadas durante la lectura del libro de Adela Cortina "Ética o ideología de la inteligencia artificial: El eclipse de la razón comunicativa en una sociedad tecnologizada", utilizando un lenguaje académico y pensando que estará dirigido a un lector interesado por la pedagogía y la educación. No dejes fuera ninguna de las ideas clave que resalto". 

    El resultado es muy acertado. Este es:

La inteligencia artificial (IA) ocupa un espacio central en el desarrollo tecnológico contemporáneo, desafiando no sólo los límites de la ciencia, sino también los fundamentos éticos y filosóficos de la humanidad. Este libro aborda las tensiones entre la ética y la ideología en torno a la IA, destacando cómo las sociedades tecnologizadas enfrentan dilemas sobre el uso y el propósito de estas herramientas, así como las implicaciones de delegar decisiones significativas en sistemas inteligentes.

### **El dilema ético de la IA: ¿ética humana o autónoma?**

Uno de los desafíos fundamentales radica en definir si la ética en la IA debe surgir de los valores humanos que guían su diseño y uso, o si los propios sistemas deben desarrollar una ética autónoma. Mientras que los humanos tienen un marco moral basado en experiencia y contexto, las IA carecen de corporeidad y, por ende, de la capacidad para asignar significados intencionales. Su aprendizaje, aunque avanzado, simula emociones y valores, pero no puede trascender una funcionalidad preprogramada. Así, los sistemas inteligentes solo serán "funcionalmente autónomos", no ontológicamente autónomos.

### **Modalidades de inteligencia artificial: de la funcionalidad a la singularidad**

Cortina clasifica la IA en tres modalidades: inteligencia especializada (orientada a tareas concretas), inteligencia general (similar a la humana y dependiente del cuerpo como medio de interpretación), y superinteligencia, asociada al concepto de “singularidad” tecnológica. Este último plantea la creación de entidades con una autonomía ontológica, marcando un cambio de sustrato que iría del biológico al de silicio. Si estas entidades desarrollaran su propia capacidad de aprendizaje, surge la interrogante de cómo garantizarían valores esenciales como la compasión y el respeto, por ejemplo.

### **El transhumanismo: entre ciencia e ideología**

El transhumanismo, impulsado por las NBIC (nanotecnología, biotecnología, informática y ciencias cognitivas), aspira a trascender las limitaciones humanas. Aunque fundamentado en avances científicos, es predominantemente ideológico. Sin embargo, su implementación genera controversias sobre la equidad, el acceso y las implicaciones éticas.

### **La regulación de la IA: ética como ventaja competitiva**

Europa ha liderado iniciativas regulatorias, destacándose el marco jurídico integral propuesto en 2004 por la Unión Europea. Este se centra en principios como la supervisión humana, la transparencia, la rendición de cuentas y el desarrollo de la IA al servicio del bienestar humano. Frente a los enfoques de Estados Unidos (innovación) y China (productividad), Europa apuesta por la normatividad ética como ventaja competitiva.

### **Neutralidad tecnológica: un mito**

Creer que la tecnología es neutral constituye una postura ideológica. Las herramientas tecnológicas, incluida la IA, no son entes autónomos, sino productos de decisiones humanas que reflejan valores, intereses y prioridades. Este hecho resalta la necesidad de diseñar sistemas que favorezcan la justicia, la igualdad y el bien común, evitando la reproducción de sesgos y desigualdades.

### **Impacto de la IA en el mercado laboral**

La automatización y el avance de la IA han polarizado el mercado laboral. Mientras los empleos de competencia media disminuyen, crecen las oportunidades en posiciones altamente especializadas o en tareas de muy baja cualificación, asociadas a las "tres D" (dull, dirty, dangerous: monótonas, sucias y peligrosas). Este fenómeno subraya la necesidad de reconvertir habilidades y adaptarse a nuevas dinámicas laborales.

### **Modelos éticos en la programación de la IA**

La ética en la IA puede desarrollarse desde tres enfoques principales: “deontológico” (reglas programadas), “virtud ética” (aprendida del entorno) y un enfoque “híbrido”, que integra ambos. Este último es considerado esencial por Adela Cortina, quien también subraya la importancia de un marco dialógico y crítico. Por ejemplo, un deontologismo rígido puede llevar a paradojas como las ilustradas por las leyes de la robótica de Asimov, donde las normas resultan conflictivas o manipulables.

### **Hacia una ética dialógica y crítica**

Cortina propone un deontologismo dialógico, inspirado en Aristóteles y Kant, que combine la búsqueda del bien común con el respeto por los individuos como fines en sí mismos. Este modelo se sustenta en la ética del discurso, que considera válidos a todos los seres capaces de comunicación lingüística, y sugiere evaluar normas mediante un diálogo crítico para garantizar su adecuación y legitimidad.

### **La educación en la era de la IA**

La educación es esencial para formar una ciudadanía cosmopolita, solidaria e interdependiente. Sin embargo, el uso de la IA en este ámbito plantea retos como la brecha digital, los sesgos algorítmicos y la pérdida de interacción personal. Aunque la IA generativa tiene potencial para transformar la educación (por ejemplo, en evaluación y tareas), es crucial preservar la lectura y el pensamiento profundo frente a la superficialidad de los contenidos digitales. Además, se debe garantizar que la IA actúe como herramienta y no como sustituto de la relación educativa.

### **La polarización social y el desafío de la postverdad**

La razón comunicativa, que privilegia el entendimiento entre sujetos mediante el lenguaje, se ve amenazada por fenómenos como la postverdad y la polarización. La postverdad, que apela a emociones en lugar de razones, mina la inteligibilidad y la veracidad. Por otro lado, la polarización social, exacerbada por tendencias tribales y manipulaciones emocionales, dificulta el diálogo y la construcción de consensos.

### **IA y desigualdades: un reto ético global**

La expansión de la IA no es neutral en términos de equidad. Mientras que los sectores privilegiados tendrá acceso a interacciones humanas, otros dependerán de máquinas inteligentes. Asimismo, la brecha digital excluye a comunidades marginadas, agravando las desigualdades. Para contrarrestar este efecto, es imperativo adoptar una "razón cordial" que combine el corazón y la razón en la toma de decisiones colectivas.

### **Conclusiones: hacia una IA al servicio de la humanidad**

La IA representa un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Su desarrollo y uso deben ser guiados por principios éticos sólidos que prioricen el bienestar colectivo y la justicia social. Para evitar que las tecnociencias se conviertan en ideologías dominantes, es fundamental potenciar sistemas inteligentes al servicio de las personas, educar para un uso crítico y solidario de la tecnología, y fomentar un diálogo global que integre perspectivas diversas. Solo así, la IA será un instrumento para el progreso humano y no una herramienta de exclusión o dominación.


lunes, 30 de mayo de 2022

Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal.

 


Nuccio Ordine.

Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal.

Editorial Acantilado. (2017)


    El libro de Nuccio Ordine son dos en uno. Por un lado, la introducción; por otro, el contenido. En la introducción, Ordine hace una defensa encendida, apasionada, de la escuela y la enseñanza de las humanidades. El contenido, es el resultado de un experimento con sus alumnos en la universidad.
    Vayamos por partes. En la introducción, titulada “Si no salvamos los clásicos y la escuela, los clásicos y la escuela no podrán salvarnos”, Ordine relata como durante un semestre leyó a sus estudiantes breves citas de obras clásicas con la esperanza de animarles a leer las obras completas. Ordine está convencido de que los clásicos aún pueden responder a nuestras preguntas y ser una valiosa herramienta para adquirir conocimiento y propiciar que nuestros alumnos y alumnas sean ciudadanos libres, cultos y críticos. El problema es el devenir empresarial en el que está sumida la escuela actual. El utilitarismo tan nocivo del “¿para qué sirve esto?”, condiciona negativamente el estudio de las humanidades en general, y nos aboca a perseguir el sueño- imposible- de encontrar un currículum que prepare para mercados aún no inventados. La escuela no podrá nunca cambiar con la misma rapidez con que lo hacen las necesidades y ofertas del mundo laboral. Por eso es inevitable el fracaso de una educación con esa orientación.

    Lo que sí que puede- y debe- asegurar el sistema es profesorado que viva con pasión su disciplina. Ordine insiste en que una escuela es buena cuando tiene buenos profesores, no cuando tiene tabletas en cada pupitre, pizarras digitales, o directivos que funcionan como empresarios. La lástima, nos dice, es que se dediquen recursos ínfimos a la formación de buenos docentes, pero cantidades desorbitadas a recursos digitales y materiales online. Hasta la fecha, no hay estudios concluyentes que demuestren que el gasto en nuevas tecnologías tenga un impacto relevante en los resultados escolares. Lo que si está demostrado es que los resultados sí dependen del estatus socioeconómico de las familias y de la formación de los progenitores. Ordine concluye, por tanto, que “la disponibilidad de prótesis digitales sería entonces el indicio de una condición social, no la razón del éxito escolar”.
    Si hay que mejorar la escuela, invirtamos en la selección y formación del futuro profesorado, rebajemos las ratios docente-alumnos, fomentemos las actividades culturales en los centros por las tardes, liberemos de burocracia al profesorado, démosle tiempo para preparar sus clase, incentivémosle para que mantenga y cultive su afán de aprendizaje, huyamos de las reformas con coste cero, etc.

    Con respecto al uso de internet, Ordine no niega su tremendo valor, pero avisa de que realmente es útil para quien ya sabe, más que para el que no. Disponer de una ingente cantidad de información no significa disponer de conocimiento. Un acceso fácil y rápido es un buen punto de partida, pero hace falta una formación básica para poder transformar esos datos en conocimiento.

    Menciona a Corea, país altamente desarrollado tecnológicamente, como ejemplo de sociedad educativa que está regresando a las disciplinas humanísticas, como fuente excelente de imaginación y creatividad. En el lado opuesto queda, Europa, donde se está acosando, con intención de derribar, a la filosofía, la literatura, las lenguas antiguas, el arte, la música, etc.
    Ordine cree que en nuestro mundo occidental, las evaluaciones educativas- PISA por ejemplo- dejan de lado parámetros esenciales que, desde el punto de vista cívico y ético, son infinitamente más importantes que resolver problemas matemáticos o ser competente en una lengua extranjera: haber aprendido a rechazar el racismo; haber aprendido a ser tolerantes con las diferencias; haber aprendido a respetar, y contrastar, opiniones distintas de las tuyas; haber aprendido el respeto por la justicia y los valores democráticos; haber aprendido que hay derechos inalienables cuya esencia nos hace humanos; etc. Si negamos que esos aprendizajes deben ser objetivos fundamentales de la educación, nos arriesgamos a perder de vista el verdadero valor de la educación.
    Acaba la introducción precisando la necesidad de partir de los clásicos y de otros saberes hoy tildados de inútiles (literatura, música, filosofía, investigación científica base, etc), porque- cita a Giordano Bruno-, “todo depende del primer botón: abrocharlo en el ojal equivocado significará, irremediablemente, seguir cometiendo error tras error”.
    Tras esta introducción tan intensísima, y si aún nos quedan fuerzas, nos podremos ya adentrar en la selección de fragmentos, muy breves- apenas unas líneas- en su lengua original y a continuación traducidos, seguidos de una también breve reflexión relacionada con ellos. El contenido es, simple y bellamente, solo eso.


José Ignacio

sábado, 5 de marzo de 2022

Detectives de la ESO. Los magos de la tiza: profesores que enseñan divirtiendo.

Alejandro Galán

Editorial La Esfera de los Libros (2022)


Un libro entusiasta.
Y curiosamente, quizás sea más útil para aquellos que llevamos ya un buen número de años en la enseñanza que para los recién llegados, como su autor, Alejandro Galán. Conservamos la motivación intrínseca que aún nos permite disfrutar de nuestro trabajo, pero a menudo echamos de menos esa otra motivación “extrínseca” que nos debería llegar desde fuera: de la propia Administración, de las familias, el reconocimiento a nuestra labor por parte de la sociedad en general, etc.

El autor parte de una premisa esencial: que todos hemos sido alumnos en el pasado, así que los docentes contamos con una ventaja de la que no disfruta casi ningún otro colectivo profesional. Por eso precisamente nuestra obligación es igualar o incluso mejorar todo lo que nos gustaba cuando éramos estudiantes y por otro lado, cambiar todo lo que nos frustraba o disgustaba.

Después da un "repaso"- literal y figuradamente- a algunos de los temas que más le llaman la atención y que critica: no concibe que alguien no recuerde el nombre de todos sus alumnos antes de diciembre; o que haya profesorado que esté deseando que suene el timbre de final de clase incluso antes de que la clase haya comenzado; o los compañeros- que los hay, aunque sean casos muy aislados- que enlazan bajas y reciben el alta justo antes de las vacaciones; o el descrédito con el que a veces se trata las palabras “conocimiento” y “contenidos”; o la obligatoriedad que debería tener el profesorado por actualizarse y seguir aprendiendo día tras día; o el concepto de disciplina mal entendida (cuánto más se gana con una sonrisa…)

Con respecto a las metodologías, reconoce no poder aportar nada al respecto, porque existen muchas y contrastadas. Pero si hace una reflexión que parece especialmente interesante. Dos de los profesores que dejaron una huella más profunda en él fueron profesores cercanos a la edad de jubilación, cuya metodología se basaba en la pizarra, la tiza, el libro de texto y, sobre todo, en la palabra.
Podríamos hablar aquí - y esto es opinión muy personal- del desperdicio que a veces se comete "echando" del sistema al profesorado con mayor experiencia. Se deberían implementar medidas que hicieran atractiva la permanencia, más allá de los 60 años, de profesionales de valía contrastada y experiencia demostrada: reducciones de horario, funciones de acompañamiento y tutorización de recién ingresados, etc. La docencia directa es una labor tremendamente exigente y a partir de cierta edad- usando términos futbolísticos- uno no está para jugar de delantero, y a veces, tampoco para jugar el partido completo. Pero sí para estar en el banquillo, de entrenador, de masajista, de utillero, de suplente para el segundo tiempo, etc….

El segundo capítulo lo titula “Desmontando Mitos”. Entre ellos el mito de que el profesorado trabaja poco o nada. O el de la educación bilingüe, desde su punto de vista incoherente y elitista tal como está planteada (no puedo estar más de acuerdo). O que la educación sigue anclada en el pasado y nada ha cambiado. O todo el follón normativo, cambiante cada dos por tres, pero que al final desemboca en lo mismo, a saber, calificar con una nota numérica comprendida entre el 1 y el 10.

En el siguiente capítulo hace un recorrido por su proyecto “Detectives de la ESO”: un grupo de alumnos dedicado a corregir los errores ortográficos y gramaticales de los personajes públicos en las redes sociales (Twitter e Instagram). Explica cómo lo llevaron a cabo, sus triunfos, sus problemas, su repercusión en los medios de comunicación, etc.

La última parte del libro la dedica a las virtudes de implementar el juego en el aula, algo que él había experimentado como alumno (sobre todo en las asignaturas de Inglés y Educación Física). En este apartado explica con detalle los juegos de simulación y de rol que ha utilizado con su alumnado, y los pone a disposición de quien quiera usarlos en sus aulas. Son juegos empleados en la asignatura de Geografía e Historia, pero bien pueden ser un modelo trasladable a otras asignaturas.

Finaliza el libro aclarando que sólo ha pretendido compartir experiencias y materiales didácticos. Así mismo, aclara que probablemente sus opiniones no cuenten con la aprobación de otros maestros o profesores, pero que su intención es sólo transmitir la visión de un profesor joven, lleno de ilusión y motivación.

Aunque a veces puede parecer un libro demasiado sencillo e incluso simplón, no podemos negar el valor inmenso de su empeño en transmitir la idea de que mejorar la educación de nuestros adolescentes es posible.

Y acaba citando a Bilbo Bolsón, en El Señor de los Anillos:
“Es peligroso, Frodo, cruzar tu puerta. Pones tu pie en el camino, y, si no cuidas tus pasos, nunca sabes a dónde te pueden llevar”. En un aula, sucede exactamente lo mismo.

José Ignacio- Marzo 2022.

viernes, 8 de enero de 2021

La escuela no es un parque de atracciones. Una defensa del conocimiento poderoso. Gregorio Luri.




Un estupendo libro en defensa de lo obvio aunque, como bien dice el autor, ¿qué necesidad hay de defender lo obvio...? Pues por paradójico que parezca, Luri asegura que sí es necesario. 

Ya desde el principio pone en duda alguno de los conceptos básicos y aceptados que manejamos actualmente:  las competencias (en especial "aprender a aprender"), el papel de las nuevas tecnologías, la idea equivocada de que toda innovación es buena per se, el desprestigio de los contenidos frente al “saber hacer”, la función de la  inteligencia emocional en la educación, etc.
Y continúa centrándose en la importancia capital del conocimiento y los contenidos: está muy bien saber cómo hacer las cosas pero para eso son necesarios también conocimientos y, sobre todo, conocimientos de calidad: la mera instrucción no genera pensamiento crítico. 
Se pregunta: ¿hay mayor absurdo que pretender que la escuela forme a los alumnos para la sociedad del conocimiento negándoles la experiencia del conocimiento riguroso? Es sorprendente ver cómo las grandes empresas tecnológicas compiten por acumular conocimiento mientras que la escuela parece que lo desprecia. Además, critica abiertamente la idea de que el conocimiento tenga caducidad. 

Asegura que hay que huir de los esquemas idealizados de una escuela imposible, que es precisamente aquella en la que las autoridades educativas nunca toman en serio la evaluación de sus propias metodologías. Normalmente las promueven sin tener claras cuáles son las evidencias científicas que las soportan y qué finalidades pretenden conseguir y por ello luego es difícil, si no imposible, analizar críticamente sus resultados. Muy pocas veces se ha evaluado qué repercusión tienen las metodologías innovadoras en el capital cognitivo del alumnado.

Otro tema importante en el libro es que, en su opinión, la educación española sobrecarga la dimensión psicológica del alumno y casi deja en el olvido su dimensión política. Se pone énfasis en que el niño construya sus propios conocimientos y se olvida que el niño tiene también el deber de contribuir a la mejora de la cultura colectiva como miembro de la sociedad. En esa misma línea insiste en defender el derecho de las clases más desfavorecidas a tener una educación de calidad al alcance de todos:  el que tiene dinero puede acudir a otros lugares fuera de la escuela para formarse, pero quienes no pueden hacer lo mismo también tienen el derecho a tener excelentes profesores y una escuela que funcione.
 
Con respecto a la tecnología, critica a la llamada generación de “nativos digitales” porque, aunque dedican muchísimo tiempo a aplicaciones triviales, son realmente muy poco hábiles en manejar herramientas informáticas. Normalmente, nuevas tecnologías e innovación son conceptos que van de la mano en la mente de la administración , pero parece demostrado que para que un cambio tecnológico tenga impacto la tecnología no es suficiente sino que necesita detrás un profesor relevante. Y es que la innovación no tiene porqué ser buena por defecto. Y en cuanto a la implantación de innovaciones, hace la siguiente acertadísima reflexión: 
“Cada centro educativo posee una cantidad determinada de energía disponible. Si se quiere implantar un proyecto nuevo, antes de sobrecargar el trabajo colectivo, hay que liberar energía para ponerla a su servicio”.

En cuanto a las competencias, se lamenta de que la escuela asuma que lo importante no es el “saber” sino el “saber hacer”. 

También habla del profesorado: una de las pocas cuestiones que gozan de evidencia empírica es que un aprendizaje de calidad necesita del dominio eficaz de la asignatura por parte del profesor. Y quizás por ello defiende la instrucción explícita, que no magistral. Asegura que la calidad del sistema educativo nunca puede exceder a la calidad de sus docentes

Propone una nueva definición para IVA: “intervención de valor añadido”, que consistiría en detectar qué cambios duraderos se han producido en un alumno tras su paso por la escuela.

Dedica muchísimas páginas a hablar de la obligatoriedad de mejorar la enseñanza de las matemáticas y sobre todo a la importancia de la lectura, hasta el punto de asimilar el concepto de fracaso escolar con el de  fracaso lingüístico: el segundo sería la causa principal del primero.

Explica de manera concisa la fórmula básica del capital humano en la era del capitalismo cognitivo:
Conocimiento (know-what) + ciencia (know-why) + competencia o pericia (know-how) + relaciones sociales y aprendizaje de la experiencia ajena (know-who) + V (valores asociados al aprendizaje)

Y acaba el libro aseverando que es una pérdida de tiempo enfrentar métodos conservadores y métodos progresistas cuando lo que realmente hay que hacer es hablar de métodos buenos y métodos malos. Así de simple y sencillo. O, como decíamos al principio, así de obvio.

José Ignacio








viernes, 21 de febrero de 2020

EDUCANDO CON MAGIA


EDUCANDO CON MAGIA. EL ILUSIONISMO COMO RECURSO EDUCATIVO.
Xuxo Ruiz Domínguez.


EDUCANDO CON MAGIA. EL ILUSIONISMO COMO RECURSO EDUCATIVO.
Xuxo Ruiz Domínguez

El primer capítulo se titula “Por qué utilizar la magia como recurso educativo”. ¿Qué tienen en común magos y docentes? En realidad, más de lo que pudiera parecer a simple vista: el mago tiene que captar la atención de su público y luego transmitirle entusiasmo por su espectáculo. Suena bastante parecido a lo que buscamos los profes en el aula, ¿verdad?

El libro de Xuxio Ruiz- prologado por Juan Tamariz- nos guía en la tarea de incorporar la magia a las clases a través de tres bloques.
En el primer bloque justifica teóricamente cómo y por qué utilizar la magia como recurso didáctico.
El segundo bloque lo dedica a la aplicación práctica, con juegos y trucos que pueden servir para enseñar matemáticas, física, animación a la lectura, etc.. e incluso, si se utiliza el inglés como lengua vehicular- ese ha sido mi caso cuando he puesto en práctica algunos de sus trucos en mis clases- fomentar la creatividad y la expresión lingüística en una lengua extranjera.
El tercer bloque incluye una breve historia de la magia y una amplia bibliografía.

El uso de la magia puede llegar a ser un instrumento motivador no solo para el alumnado, sino también para el profesorado, al proporcionarle herramientas alternativas que, además, consiguen captar la atención sin necesidad de recurrir a móviles u ordenadores. El libro puede ser la entrada a un nuevo mundo de recursos y herramientas, quizás en las antípodas de lo que se fomenta ahora: la innovación basada en las nuevas tecnologías.
Merece la pena probar...

viernes, 18 de octubre de 2019

Devaluación continua, de Andreu Navarra




NAVARRA, Andreu, (2019), Devaluación continua, Tusquets.

Andreu Navarra ha escrito un libro sobre los males que recorren hoy el sistema educativo en la educación secundaria en España. Partiendo de su propia experiencia como docente, nos ofrece una serie de reflexiones sobre el estado de la enseñanza, de la docencia y del aprendizaje en las aulas de los institutos, acompañadas de las opiniones de reconocidos autores en la materia: Enkvist, Marina y Luri, fundamentalmente. De hecho, quizá acuda con demasiada frecuencia a esos autores- hecho por el que él mismo se disculpa en algún momento de su libro-, de manera que a veces uno tiene la sensación de estar leyendo un resumen de la obra de los autores antes mencionados, aderezado con anécdotas normalmente duras, aunque esperanzadoras a veces. 

Es un libro escrito con pasión, desgarrador en ocasiones, en otras intentando no caer en el pesimismo y evitándolo apenas. Hace una defensa numantina del papel que debería otorgarse al profesorado, con quien nunca cuenta el legislador al proponer las reformas incesantes. E insiste en que la mejora del sistema pasará por cambiar las condiciones de trabajo de estos, cuando encuentren el lugar y el tiempo para reunirse, coordinarse, repensar las actividades innovadoras… en lugar de dedicar el tiempo a una burocracia normalmente inoperante e inútil.

Navarra cree que hay varios problemas capitales que influyen en el mal funcionamiento del sistema: el fatalismo social y cultural que se ha trasladado a las aulas; la sensación de vivir en un apocalipsis constante- no hay día en que no se nos asuste con el fin de algo valioso; las reformas pensadas por quienes no han pisado nunca un aula de secundaria; la violencia en los centros educativos, cuya existencia se minimiza erróneamente; etc.

Navarra insiste en la necesidad de que la escuela no sea un reflejo de la sociedad. Quizá Bauman tenía razón cuando creía que la escuela debería ser un archipiélago de pequeños islotes donde poder refugiarse cuando la sociedad navega en un océano de incertidumbres. 

Apuesta por recuperar conceptos que no están de moda: el papel de la memoria, el valor de una clase magistral bien impartida, el autocontrol y la perseverancia, el valor de las normas. Y añade otras soluciones, algunas más afortunadas que otras: volver a la LOECE de 1980, a lo tradicional, pero con los medios y recursos actuales; dar más peso a las humanidades; la creación de “centros de élite intelectual”, de financiación privada pero no segregadores; etc.

Critica de forma feroz el constructivismo, avisa de los problemas para mantener la atención que sufren los jóvenes,  se posiciona en contra de la idea de colocar al estudiante en el centro de todo- en lugar de colocar al experto-, critica la falta de sosiego que impide el desarrollo del pensamiento crítico, así como la aplicación generalizada de un “buenismo” que no arregla nada, o la separación entre competencias y contenidos.

El libro es un recorrido completo por los temas más candentes de la actualidad educativa, por lo que puede ser un buen punto de partida para esa reflexión docente que propone en sus páginas.


viernes, 10 de mayo de 2019

El complejo oficio del profesor.

EL COMPLEJO OFICIO DEL PROFESOR. Consejos para una educación de calidad.
Inger Enkvist


Si deseas leer un libro que vaya contracorriente, este es el título que buscabas. 
Una breve pero intensísima reflexión sobre cómo mejorar la educación de nuestro alumnado. Enkvist señala algunas de las contradicciones con las que se topa el profesorado y critica abiertamente la pedagogía que coloca la adquisición de destrezas por encima de la adquisición de conocimientos.
Tomando como punto de partida el informe McKinsey (How the world’s best-performing school systems come out on top) asegura que la manera más eficaz de mejorar los resultados en el alumnado es mejorando la formación del profesorado. Hay que reclutar a las personas idóneas, pero también hay que instruir a esos profesionales de la manera más adecuada. Propone cambiar el objetivo y no fijarlo tanto en el proceso de aprendizaje como en el proceso de enseñanza. Es decir, colocar al profesorado en el centro, como elemento clave, en contra de las teorías más “modernas” que insisten en situar al alumnado en el lugar nuclear del proceso pedagógico.
El informe insiste en el papel absolutamente esencial del profesorado. La calidad docente la asocia a la capacidad de expresión y comprensión lectora: un uso excelente de la lengua es requisito indispensable para desarrollar una tarea intelectual de calidad.
McKinsey propone como metodología de formación docente los sistemas “bottom-up”, en los que el profesorado aprende de sus colegas más que de agentes externos.
Y, nota curiosa, el informe asegura que todas las reformas exitosas subieron los salarios a los docentes…
Enkvist critica el “constructivismo”, ya que no se puede construir desde cero, sin conocimientos, y también las pedagogías de la “actividad”, que imponen lo práctico y concreto sobre lo abstracto e intelectual.
También critica que la escuela pública haya adoptado tres nuevos roles: el profesorado como trabajador por la igualdad, no como instructor, subestimando la preparación académica del profesorado y centrándolo más en la convivencia y la comunicación que en el aprendizaje; el docente como psicólogo, no como transmisor de conocimientos; y el docente como facilitador en lugar de instructor.
Dedica Enkvist un capítulo de su libro al nivel cultural y el lenguaje que utiliza el profesorado. Cita el conocido experimento de Hart, Risley y Bloom sobre la importancia e influencia del lenguaje de los padres en el desarrollo intelectual de los hijos para concluir que una pedagogía que nos se base en la lectura nunca podrá ayudar al alumnado más en desaventaja.
Según un investigador, cita Enkvist, un buen profesor o profesora toma unas 3000 decisiones no triviales cada día. De ahí la importancia y necesidad de cuidar la forma física y psíquica del profesorado.
Además, alaba la capacidad creativa del profesor que sabe adaptarse a cada grupo de alumnos y alumnas, siempre diferente uno de otro, y que consigue que una lección pueda ser algo memorable para su alumnado. En muchos aspectos, el profesor debe ser un actor que trabaje con precisión, orden, disciplina, concentración, etc y debe ser una persona moralmente íntegra.
Habla de varios temas recurrentes en educación: la atención, premisa indispensable para el aprendizaje; la motivación, que sólo se logra estudiando con atención un tiempo suficiente; las ventajas y desventajas de la comprensividad; la “funcionarización” de la profesión docente, a costa de su “profesionalidad”; la existencia de distintos y excelentes estilos de enseñanza; el grave problema que genera un sistema “inclusivo” sin recursos, etc.
Critica los nuevos mitos: contraponer memoria y comprensión, cuando ambos son una totalidad; creer que la adquisición de conocimientos va en detrimento de la creatividad; que los datos son inútiles ya que están en internet; etc.
Centra su atención en algunos problemas relevantes hoy: cómo competir con las redes sociales; si el alumnado aprende mejor con el uso de las imágenes- ¿no estaremos volviendo a la Edad Media, en la que la imagen sustituía a la palabra para la inmensa mayoría que no sabía leer…?- ; qué hacer con los que no quieren o no pueden adaptarse al ambiente escolar; la tendencia a usar de modo excesivo la evaluación; la dejación de funciones de algunas familias; etc.
Refleja perfectamente la realidad docente cuando explica las circunstancias especiales que caracterizan la profesión:
  • “Simultaneidad, porque el profesorado tiene que seguir lo que sucede en el aula en distintos niveles a la vez.
  • Imprevisibilidad, porque es imposible prever lo que puedan hacer y decir 30 personas diferentes durante casi una hora.
  • Instantaneidad, porque todo es muy rápido y el profesor tendrá que reaccionar.
  • Visibilidad. Todo lo que sucede en el aula es público porque hay “testigos” de lo que se hace y se dice.
  • Contexto del grupo en cuestión. Cada grupo tiene su propia historia.”(p. 78)
El librito concluye con una breve comparativa sobre la autoridad en diferentes culturas pedagógicas: Gran Bretaña, Francia, Japón, China y Estados Unidos.
José Ignacio

ENKVIST, Inger (2016), El complejo oficio del profesor. Consejos para una educación de calidad,  Fineo Editorial. Madrid.